No juzgar y perdonar
No juzgar y perdonar (10%)
1. Que la Iglesia no juzgue, el primer paso; tampoco a las personas que no se adaptan a los criterios éticos de la Iglesia
2. …para que las personas no nos juzguemos mutuamente y aprendamos a perdonar y pedir perdón
3. Sentirse juzgados, fuerte causa de alejamiento. Casi 30% de los participantes
4. Separados y divorciados, sufren rechazo y se sienten apartados de la comunidad eclesial
5. También personas LGTBI entre los más juzgados y rechazados
6. Duele que se juzgue a los demás, y aleja igualmente al mostrar falta de misericordia
7. Pero no todo vale: Jesús señala el pecado cuando lo hay, y combatió el mal sin descanso
La voz de los participantes
«Soy católica practicante, participo en grupos, pero no recibo a Jesús en la eucaristía porque mi esposo es divorciado. Me hace mucha falta la eucaristía; estoy casada con él desde hace 35 años, cuando no era católica practicante. Creo que debería de acogerse mejor a las personas en mi caso. Por eso muchos se van a otras religiones»
“Estoy divorciada porque mi ex esposo eligió una vida homosexual después de 27 años de matrimonio. Aunque respeto mucho los preceptos de la Iglesia Católica Romana, me duele profundamente pensar: si me uno a alguien más ahora, si Dios lo permite, no podré recibir la Comunión. ¡El divorcio era inevitable y luché por mi familia! Me sentiría excluida de la
Eucaristía, injustamente. Tal vez muchos pasen por la misma angustia que yo”
Voces de los misioneros
No juzgues para no ser juzgado
Reflexión sobre el aborto
Père Matthieu Jasseron
El Magisterio, el Evangelio
El Magisterio
“El Señor dice, ante todo, no juzgar y no condenar. Si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior (…)”
¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme. No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo. Sin embargo, esto no es
todavía suficiente para manifestar la misericordia. Jesús pide también perdonar y dar. Ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo que también Dios dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad”
Misericordiae vultus, 14
El Evangelio
“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?”
Mateo 7, 1-3
“Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?” Ella le contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar.” Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida”
Juan 8, 11-126
Resultados de los cuestionarios
¿Qué motivos crees tú que alejan a la gente de la Iglesia?
Estadísticas
- Descuerdos con sus planteamientos y posiciones 48.1%
- Mensajes poco claros o inoportunos 26.6%
- Escándalos: pederastía, corrupción,… 43.7%
- Sentirse juzgadas 27.6%
- No responde a sus inquietudes y prioridades 20.6%
- Misas y ceremonias aburridas 22.1%
- Falta de entendimiento con las personas que ya están dentro 26.1%
- No sentirse acogidos, ser vistos como anónimos 30.5%
- La Iglesia está ausente de las vidas actuales 21.3%
No sentirse acogidos o sentirse juzgados, es un factor importante de alejamiento
49.183
Encuestas analizadas
¿Cómo avanzar?
Nivel teológico
Las personas acogen la salvación de Dios a distintos ritmos y con diferentes acentos, dentro de su propia conciencia. Por ello es necesario detenerse ante ese espacio interior de los demás, distinguiendo, en todo caso, posibles hechos pecaminosos de la persona que los comete. Vivir una religión que no sea legalista, sino que favorezca la relación de la persona con Dios.
Nivel moral conductual
Educar a los sacerdotes y predicadores para que promuevan el bien y la libertad sin quedarse en la condena de
conductas y opiniones.
Nivel estructural y organizativo
Apoyar y multiplicar las escuelas de formación teológica y moral invitando a docentes, catequistas, padres/ madres de familia, para impulsar una formación basada en la experiencia de los valores…
Nivel pastoral-pedagógico
Evitar las “condenas personales” sobre las personas cuya conducta sexual puede ser considerada irregular, especialmente la situación de separados / divorciados con nuevas formas de pareja, y de personas LGTBI… (Este es el deseo de muchas personas; resolverlo afrontando
las controversias de nuestro tiempo, fundamentando la cualificación moral del hecho, y evitando el legalismo excesivo). A toda persona, por el hecho de existir, se le ofrece la salvación. Evitar que la predicación del Evangelio se pueda convertir en una fuente de condenas o en un recetario universal. Defender a las personas atacadas o maltratadas por sus ideas o situación moral, dado que, por encima de todo, está
la misericordia.